La palma de aceite (Elaeis guineensis) fue introducida por primera vez desde África Occidental al sudeste asiático a través del Jardín Botánico de Bogor en Indonesia.
Se estableció la primera plantación comercial de palma de aceite en la Malasia británica (actual Malasia), marcando el inicio del cultivo a gran escala.
Malasia lanzó programas agrícolas nacionales que promovieron la palma de aceite como un importante cultivo de exportación, expandiendo rápidamente la superficie cultivada.
Se fundó la Junta de Aceite de Palma de Malasia (entonces PORIM) para mejorar el rendimiento, la calidad y las prácticas agronómicas en el cultivo de palma.
Indonesia intensificó el desarrollo de la palma de aceite con apoyo del Banco Mundial y del FMI, emergiendo como un importante productor global.
Comenzaron las investigaciones que relacionaban las deficiencias de magnesio en los suelos de palma con una menor síntesis de clorofila y el rendimiento del cultivo.
Los primeros ensayos de campo a gran escala con kieserita (MgSO₄·H₂O) demostraron un aumento del rendimiento de racimos de fruto fresco (RFF) en plantaciones con deficiencia de magnesio.
Se introdujeron prácticas de agricultura de precisión en plantaciones de palma, mejorando la gestión localizada de nutrientes, incluido el magnesio.
Se estableció la Mesa Redonda sobre el Aceite de Palma Sostenible (RSPO), formalizando el equilibrio de nutrientes y el uso sostenible de insumos como la kieserita en la certificación.
Estudios agronómicos en Sumatra y Kalimantan confirmaron el papel de la kieserita en la mejora del contenido de aceite y la calidad del fruto en condiciones de alta pluviometría.
China y los países del sudeste asiático intensificaron la cooperación comercial en el suministro de fertilizantes, con la kieserita china ganando protagonismo en el sector palmero.
Las principales fincas de palma adoptaron la teledetección vía satélite para monitorear el estrés por magnesio y optimizar la aplicación de MgO/kieserita.
La fertilización enriquecida con magnesio, incluida la kieserita, se convirtió en un insumo recomendado bajo programas nacionales de subsidios en Malasia e Indonesia.